Conocer al máximo el producto a vender, siendo conveniente haber trabajado en su fabricación o, aun mejor, en un taller de reparaciones del mismo.
Clasificar a tus clientes. Establecer una adecuada política de servicios para cada categoría de cliente según la clasificación realizada (en función, por ejemplo, de su facturación actual y potencial)
Diseñar una buena argumentación de venta para cada producto industrial a suministrar.
Estar fuertemente motivado con el apoyo de la dirección y satisfecho con el sistema de remuneración y reconocimiento de su trabajo y relaciones laborales.
Obtener información sobre el grado o nivel de satisfacción de los clientes respecto a los criterios que se hayan fijado por la dirección de la empresa.
Observar las tendencias de las ventas en el mercado, con una buena vigilancia tecnológica y análisis de los posibles productos innovadores emergentes que surjan o vayan a surgir.
Mantener una formación técnica y comercial continua, que sea proactiva e innovadora y que logre la puesta al día del conocimiento esencial para el futuro de la organización empresarial.
- Política de servicios diferenciada para cada categoría de cliente según la clasificación realizada.